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Crisis energética en Canarias

Después de más de 20 apagones desde el año 2005, en éste último año, 2009-2010 se notan ya importantes brechas en la infraestructura eléctrica de Canarias, aproximandonos a lo denominado "Cero Energético". Las caidas de tensión y los constantes apagones ponen en riesgo los equipos de los usuarios y muestran una red obsoleta y deficiente.

Los riesgos de un cero energético se mantienen latentes en Canarias. El sistema eléctrico de las Islas adolece de hasta ocho puntos negros y cuellos de botella que no terminan de solventarse y que abocan a varias zonas del Archipiélago a sufrir los rigores de los apagones y de un suministro deficiente. Las inclemencias meteorológicas de las últimas semanas no han hecho sino evidenciar los fallos de una red que no se ha adaptado al ritmo del crecimiento social y económico de las Islas y a la que la crisis ha dado un "respiro", según reconocen tanto el Gobierno como las operadoras del sistema. Los lugares con más problemas siguen siendo los sures de las islas más habitadas (Tenerife, Gran Canaria, Fuerteventura y Lanzarote), el norte de Gran Canaria y las áreas metropolitanas de las dos capitales.

La larga y tediosa tramitación administrativa y un planeamiento territorial inacabado son los principales handicaps a los que se enfrentan las operadoras para construir las infraestructuras planificadas. Pero también las diferencias entre partidos e instituciones han abocado a islas como Fuerteventura a pender de un hilo para no quedarse a oscuras. El sur de la isla majorera "es una bomba de relojería", aseguran los expertos, porque no hay potencia suficiente para mantener un suministro suficiente para la zona. La nueva central de la Isla es una necesidad urgente y perentoria que nadie quiere en su territorio, por lo que se deberá construir por el imperativo del interés general.
El norte de Gran Canaria es otra zona cuya expansión y crecimiento se ha visto acogotada por las deficiencias del sistema energético. Desde hace años existe el debate sobre la necesidad de una tercera central eléctrica en la Isla, a ubicar en el norte, pero ante la inconcreción se han debido reforzar e incrementar las líneas de alta tensión en la zona y se ha planificado una nueva subestación entre Gáldar y Agaete para cubrir el noroeste.crisis energetica
El sur de Gran Canaria presenta a priori una mejor situación en cuanto a suministro eléctrico que el sur de Tenerife. Tanto en Arinaga como en la zona de Santa Águeda está prevista la construcción de sendas subestaciones para aprovechar los vuelcos en la red de la energía eólica y facilitar el enganche con el nuevo doble circuito de 220 kilovatios (kW) entre las centrales de Tirajana y Jinámar.
En el caso de las islas más orientales, además de la problemática específica del sur de Fuerteventura existe también la necesidad de potenciar el cable submarino que une Lanzarote y Fuerteventura, que convierte en único el suministro eléctrico entre ambas islas. Tras la repotenciación de la línea entre Punta Grande y Mácher, ahora debe realizarse lo mismo entre Mácher y Playa Blanca, con el fin de reforzar el sistema en el sur de la isla de los volcanes.

CENTRALES.

endesaLas debilidades del sistema eléctrico canario no sólo se centran en las infraestructuras que faltan sino en el mantenimiento de las que ya están construidas. El principal reproche del Gobierno canario a las operadoras (Unelco-Endesa y Red Eléctrica) es que no se renuevan lo suficiente los grupos electrógenos de las dos centrales más antiguas de Gran Canaria (Jinámar) y Tenerife (Candelaria). Estas críticas del Gobierno han arreciado tras el último apagón sufrido en la isla de Tenerife.
Sin embargo, tanto Candelaria como Jinámar se enfrentan desde hace varios años a un futuro incierto que puede desembocar en la desaparición de ambas centrales. En la Ley de Directrices de 2003, concretamente en la directriz 36.8, se recoge que "en el caso de las centrales de producción energética de Jinámar, en Gran Canaria, y Candelaria, en Tenerife, los planes territoriales especiales correspondientes establecerán el plazo en el que dichos centros deberán abandonar su función generadora". Según fuentes de las operadoras, esta circunstancia está provocando que los grupos electrógenos vayan llegando al final de su vida útil y no se puedan renovar, lo que está dejando a estas centrales en una situación de obsolescencia que supone un riesgo para las áreas metropolitanas.
Paradójicamente, las zonas donde se concentra más población tienden a recibir la luz de las centrales más alejadas (Tirajana y Granadilla).

La demanda cae un 2,1%

La crisis económica ha provocado un descenso de la demanda de energía eléctrica y, por paradójico que parezca, es una situación que ha dado un respiro al Ejecutivo autonómico y a las operadoras, que de esta forma podrán adecuar el sistema eléctrico a próximo crecimientos económicos. Según los últimos datos, en 2009 la demanda cayó un 2,1% y supuso un total de 9.139 GWh. Los retrasos que acumulan la introducción del gas natural y de la energía eólica suponen que la mayor parte de la generación de electricidad se base en el fuel, lo que añade también un coste que encarece la producción de energía. No obstante, las próximas

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