Me dijeron “necesito un tiempo”… ¿verdad?
Voy a confesarlo sin rodeos: a mí también me dijeron “necesito un tiempo”. Así, con un whatsapp de una línea, con voz trémula en la llamada posterior, mirada seria y ese colgar dramático que uno esperaría en una telenovela de sobremesa. Y yo, como buen ser humano con corazón y algo de ingenuidad, me dije... ¿Qué?. Pensé que era eso: un tiempo. Una pausa. Una especie de “ya veremos” con final feliz. Pero no. Era una forma educada —casi poética— de decirme: “Quiero probar con otra persona sin que tú me montes un pollo”, vamos: un ghosting con permiso de toda la vida.